Hoy he oído la noticia de los nombres. Siempre he creído en eso de la igualdad y en la libertad, por eso me ha extrañado que la iglesia se meta ahora con los nombres que les ponemos a nuestros hijos, la verdad es que es tema ya manido, porque yo misma sin ir mas lejos no me pude llamar como mi madre quiso, sino como le dijo el cura alegando que el nombre que mi madre pretendía ponerme no era cristiano. Pues vale. Pero ahora en los tiempos que corren y con los problemones que hay en todo el mundo, lo único que se le ocurre a la iglesia es eso, meterse con los nombres, pretendiendo que los niños actuales se vuelvan a llamar Eulogio, (Ulogio) Sebastián (Bastian) José (Ozé) Juan (Húanillo) Elpidio (Pidi) y así, se me ocurren cientos.
Más le valía a la iglesia volver a la senda marcada por la lógica y el buen hacer, que es la de ayudar espiritualmente al necesitado, organizar a los fieles que necesitan ayudas de todo tipo, dar consuelo a los enfermos, ya no se lleva, o al menos yo no veo, a los curas ir a casa de los enfermos a por lo menos oírlos, no veo a los curas tampoco organizar, como antiguamente, colectas entre los feligreses para dar a los que menos tienen, no los veo, aparte de la manida catequésis, implicarse en el seguimiento de los padres y los hijos recién comulgados para que sigan acudiendo a misa, acudiendo y entendiéndola. No, no veo nada de eso, por supuesto que tampoco veo más control, y castigos severos y férreos a los culpables de abusos, tanto de poder, como de pederastia, siguen bajo el manto protector de la iglesia, en silencio, como la carcoma, invisible, pero dañina. Yo sería la primera en dar un paso adelante e implicarme en la medida de lo posible con mi parroquia, en arrimar el hombro para lo que fuera menester, pero no, no hay esa iniciativa por parte del cura. Y claro, así nos va, y ahora lo de los nombrecitos. Que cada uno se llama como le salga de las narices, que eso es lo de menos, allá los padres de las criaturas, lo que hacen falta son menos cortinas de humo, y más arrimar el hombro, que TODOS somos iglesia, y el deber de la iglesia, es recordárnoslo y dar ejemplo dando el primer paso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario